Estaba desesperada. Quería leer la carta en ese mismo instante. Pero logré contenerme. Cameron me había dicho que la leyera cuando haya llegado a mi nueva casa, y eso tenía que hacer.
El viaje fue eterno. Además de no tener señal para comunicarme con mi mejor amigo, mis papás iban escuchando un CD de no sé quién, pero era horrible.
Por fin, a las 12:00 del mediodía estábamos comiendo en un restaurant en Denver, Colorado. Cuando terminamos de almorzar, partimos rumbo a nuestro nuevo hogar que se encontraba en la calle Vine.
Por fuera la casa se veía bien. Una cerca blanca de 1 metro de altura rodeaba toda el área, contando el frente, decorado con unos arbustos de flores blancas y rosas; y el patio trasero, que era de 50x50 metros de predio.
Nos bajamos del automóvil y nos quedamos parados frente a esta por un rato. La apreciamos por un segundo más y mi padre se decidió por abrir la puerta; todos atrás, expectantes. Papá dejó que pasemos. Primero mi mamá, luego Cara y por último, antes de los 2 hombres, yo.
Cuando entré algo me llamó la atención. La casa estaba compuesta por un hall amplio que daba entrada a la casa. Un arco a mi izquierda daba paso a la hermosa cocina, y al lado de esta estaba el living. Luego un pasillo conducía a la biblioteca. Y había una escalera que llevaba a las habitaciones. También, la casa contaba con tres baños. A lo que le eché el ojo fue a un pasillo, al lado de la escalera, que no llevaba a ninguna parte. Este se cortaba luego de un pequeño recorrido. No más de 3 metros. La pared que estaba al final no tenía el mismo color que las demás. Un blanco viejo, sucio, que pareciera que cuando renovaron la casa, se olvidaron de pasarle una mano de pintura a este rincón. Como si hubiesen no querido tocarlo. Mi padre me despertó del trance, abrazándome por los hombros.
- Linda la casa, no?- me dijo.
- Si, muy linda- le contesté, con un tono amable.
Los hombres de la mudanza empezaron a bajar las cajas del camión. Fui a ayudar. Cuando terminamos y los hombres se fueron, los cinco recorrimos, cada uno por su lado, la casa. Yo fui directamente hacia donde sería mi habitación. Subí corriendo las escaleras para ganarme la mejor. Cuando la visualicé, me gustó porque estaba al lado del baño, me eché a correr y cuando llegué a la puerta, mi hermana ya estaba allí. Me decepcioné y busqué otra. La habitación donde me instalé estaba al lado de la de Franco y frente a las de Cara y mis papás.
Mi cuarto tenia las paredes de color beige y un empapelado, de la mitad hasta el suelo, de flores color rosa y celeste. No estaba mal. No era mi estilo pero me gustaba. Al lado de mi cama había una ventana mediana que daba al patio trasero.
Bajé a buscar las cajas que contenían mis pertenencias y volví a subir. Dejé la última caja, que traía los adornos de mi habitación, y me senté en la cama. De repente me acordé. La carta de Cameron. Me puse histérica y la empecé a buscar en mi bolso. Cuando la encontré, no esperé ni un segundo y la empecé a leer.
Querida Sofi:
Este último año que pasamos juntos fue uno de los mas lindos de mi vida. Sos una gran persona, no solo por tu carisma (me hacías reír todo el tiempo), sino también por tu gran corazón. Me ayudabas cuando más te necesitaba; me apoyabas en los momentos malos, y también en los buenos . Me dabas consejos, me contenías; y sobre todo, me querías. Nunca había tenido una amiga como vos. Fuiste la mejor.
No puedo imaginar que estés tan lejos de mí. Pasó todo muy rápido. Hubiese querido decirte esto antes, pero no hubo tiempo. Te marchaste. Seguro te iré a visitar cuando no esté tan ocupado con los deberes.
Sofía, te amo. Y todo este tiempo pensé que como amigo lo hacía. Pero ahora, escribiendo esta carta, me doy cuenta de que te amo como algo más. Sé que debes estar aturdida y confundida. Pero tranquila. No es para que te asustes. Si tu no sientes lo mismo, está todo bien. Solo tenía que largar todo esto que tenía guardado.
Espero que lo pienses y me llames. Te quiero mucho...
Cameron
Me quedé anonadada. No sabía en qué pensar. Cameron, mi mejor amigo, ¿me quería como algo más? No lo podía creer. Todo este tiempo creí que estaba en lo errado. Pero es verdad. Me quiere como algo más. No sé si él se habrá dado cuenta: yo también siento lo mismo. La sonrisa de mi cara era cada vez más grande. Realmente no lo podía creer. Parecía un sueño. De repente mi hermano pasó junto a mi puerta y vio mi cara. Me miraba de una manera, como si yo estuviera loca sonriendo al aire. Le dije que se fuera y cerré la puerta. No sabía si llamarlo en ese preciso instante a Cameron o esperar, como si todavía no hubiese leído su carta. Para no parecer desesperada, me decidí por llamarlo al otro día.
Esa noche me la pasé pensando el él.
Al otro día, después de almorzar, como era lunes, mis papás comenzaban con sus trabajos y los tres hijos recién la otra semana con el colegio. Pero Franco y Cara comenzaban aquel lunes con actividades extracurriculares. Mi hermana iba a empezar a ir a clases de danza y mi hermano, de football. En consecuencia yo me quedaba sola, en mi casa, en mi nueva casa; por 3 horas hasta que todos volvieran. Estaba asustada. ¿Quién no? ¿Un adulto? El caso era que no me quería quedar sola, pero no había otra escapatoria. Ni ir con mis papás a sus trabajos ni con mis hermanos, no me sentiría cómoda. Tampoco tenía algún conocido en Colorado. Mis amigos estaban, todos, en Durango; al igual que mi familia. Aquella tarde me quedé sola.
Cerré con llave todas las puertas y me metí en mi cuarto a escuchar música. Me acordé de Cameron y su carta, y lo llamé. Estaba un poco nerviosa. No sabía qué iba a decirle. Cuando me atendió, al reconocer mi voz, me saludó de una manera súper alegre.
- Hoola, Sofi!
- Hey, Cameron, ¿como estas?- dije.
- Todo bien. ¿Y vos? ¿Qué tal tu nueva casa? ¿Linda?- empezó a preguntar.
Le respondí que sí y nos quedamos hablando sobre ese tema y también acerca de la escuela, hasta que metí el tema de la carta.
- Ya leí tu carta- lo dije, frenando en seco a todo.
- Ahh, si. ¿Qué te pareció?
¿Qué iba a responderle?
- Bueno... Te voy a decir la verdad. ¡Me gustó! Pensé que solo me querías como a una amiga. ¡Yo siento lo mismo!- le largué todo de una.
- ¿Enserio?- sonaba a que no lo podía creer- ¿Y desde cuándo?
- No sé. Cuando fueron pasando los meses, cada vez me sentía más cómoda a tu lado, me empezaste a parecer sexi...
- Jaja, tú a mi igual- esas palabras me llenaron de alegría.
Nos quedamos charlando un rato más, hasta que decidimos cortar con la llamada. Me quedé desplomada en la cama. Un ruido me sobresaltó. La casa no era muy grande pero no la conocía muy bien. Tendría que recorrérmela entera hasta averiguar de dónde provenía ese sonido.
Abrí la puerta de mi cuarto y fui habitación por habitación inspeccionando. Nada. Bajé las escaleras. Fui, primero a la cocina, y luego al living. Caminé hasta la biblioteca, volví y me quedé parada en el hall de entrada. Mi visión se trasladó de inmediato hacia ese espacio. Ese pasillo tan extraño. A esa parte de la casa que no concordaba con todo lo demás. Estaba segura de que de ahí provenía el ruido. No tenía dudas acerca de eso. No sé porqué, pero así era. Me acerqué, apoyé mi oreja contra la pared. Sentí que me deslizaba y me iba perdiendo poco a poco de donde estaba parada.
Hola! Bien, Acabo de leer este segundo capitulo de esta historia y me parece Buenísima!! Quiero saber cuando voy a poder leer el 3ero
ResponderBorrarHola, aca esta el 3° capitulo: http://hazvolarlaimaginacion.blogspot.com.ar/2015/02/el-don-de-las-almas-3-capitulo.html
BorrarHola, aca esta el 3° capitulo: http://hazvolarlaimaginacion.blogspot.com.ar/2015/02/el-don-de-las-almas-3-capitulo.html
BorrarMe alegro mucho que te haya gustado. El 3º capítulo ya está publicado :)
BorrarHola me encanta el libro!! Esta buenisimo!
ResponderBorrarGracias!!!!
BorrarHola me encanta el libro!! Esta buenisimo!
ResponderBorrarRe Lindo El Libro Escribi Mas
ResponderBorrarSí voy a seguir escribiendo :D
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